
La vida actual y las actividades que continuamente realizamos requieren del uso de la
energía las 24 horas del día. Las fuentes tradicionales para la generación de esta energía provienen principalmente del petróleo y el gas.
Sin embargo, se sabe que al ser no renovables, es decir, finitos, se deben buscar alternativas y métodos que permitan obtener este preciado recurso para el desarrollo sustentable del planeta y la humanidad.
De esta manera, surge la necesidad de fomentar la búsqueda de nuevas fuentes generadoras de energía, que además, permitan fomentar un ahorro en el consumo de
luz y gas en nuestros hogares.
¿Qué es la energía sostenible?
El
ahorro de energía y la energía sostenible son dos términos asociados al objetivo en común de minimizar el impacto ambiental, ocasionado por el uso de la energía proveniente de los combustibles fósiles durante décadas.
El procesamiento de estos recursos produce altas cantidades de carbono, los cuales han venido generando el efecto invernadero en la Tierra, ocasionado por la acumulación de gases. Este fenómeno es el responsable del cambio climático y repercute en el bienestar y el equilibrio de toda la población y su ecosistema.
A partir de esta situación, la Energía Sostenible se convierte en la opción que permite satisfacer las demandas actuales, pensando en garantizar la misma posibilidad de consumo energético a las generaciones futuras. A ello se le suma, que su fuente de generación igualmente es de uso inagotable o renovable.
Tipos de energía sostenible
Este tipo de energía, también es denominada como asequible y no contaminante. En primer lugar se encuentra la hidroeléctrica, obtenida a partir de la fuerza del agua. Es la principal fuente de energía renovable a largo plazo aunque supone un impacto ambiental elevado.
Seguidamente se encuentra la energía eólica, generada gracias a la acción de la fuerza del viento. Es renovable y de fuente natural. Su planta debe ser instalada en zonas con potentes corrientes de aire. Y en tercera posición, se ubica la energía Solar, o fotovoltaica. Es
renovable y no contaminante, aunque su uso deba combinarse con una energía tradicional ya que solo es funcional en determinadas horas del día.
Es importante hacer mención de que la
Organización de Naciones Unidas (ONU), dentro de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, en su numeral 7, contempla que se debe garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos.
Acciones de ahorro de energías tradicionales
Desde acciones sencillas que podemos poner en marcha en nuestras actividades diarias hasta lineamientos de Estado que contribuyan al uso de energía sostenible, deben compaginarse para entre todos, alcanzar este objetivo. Algunas son:
- Aprovecha la luz natural del sol.
- Cambia los bombillos tradicionales por ahorradores.
- Desenchufa los artefactos electrónicos aún cuando estén sin usar.
- Apaga la computadora, la luz y cualquier equipo que ya no estés usando.
- Dale el uso correcto a la nevera, ábrela únicamente cuando necesites algún alimento de su interior o llevarlo a refrigeración.
- Optimiza el uso del aire acondicionado.
- Vigila y dale uso adecuado a la calefacción.
- Consumir alimentos de producción local y según la temporada de cosecha, para así minimizar el impacto ecológico derivado de su transportación.
Desde la óptica macro, es necesario incrementar las inversiones privadas y públicas, para la construcción de infraestructuras de energía sostenible; así como también, elevar el compromiso político y de las ONG para impulsar programas educativos destinados a tal fin.